Cuando hablamos de fertilidad, especialmente a partir de los 35 años, hay un factor que marca la diferencia y muchas veces se pasa por alto: la salud mitocondrial. Las mitocondrias, conocidas como las centrales energéticas de nuestras células, son esenciales para el correcto funcionamiento de los ovocitos y los espermatozoides, ya que producir una nueva vida requiere una enorme cantidad de energía celular.
Uno de los principales enemigos silenciosos de esta energía es el estrés oxidativo, un desequilibrio entre la producción de radicales libres y la capacidad del cuerpo para neutralizarlos con antioxidantes. Este estrés puede deteriorar la calidad de los óvulos, fragmentar el ADN espermático y afectar directamente la fecundación, implantación e incluso el desarrollo embrionario.
Afortunadamente, hoy sabemos que existen antioxidantes clave que no solo protegen las células reproductivas, sino que además apoyan la función mitocondrial, mejoran la longevidad celular y fortalecen la integridad genética.
¿Por qué es clave el uso de antioxidantes en fertilidad?
A partir de los 35 años, el cuerpo reduce naturalmente su capacidad de producir antioxidantes. A esto se suma el daño acumulado por el paso del tiempo, el estrés y el estilo de vida moderno. El resultado: un entorno celular menos favorable para concebir.
La fertilidad femenina está directamente relacionada con la salud de los óvulos. Y aquí entra un dato importante: el óvulo es la célula con más mitocondrias del cuerpo humano. Si esas mitocondrias no funcionan bien, la calidad ovocitaria disminuye.
En hombres, el estrés oxidativo afecta la calidad espermática, provocando fragmentación del ADN, baja movilidad y morfología alterada. Esto no solo dificulta el embarazo, sino que puede estar detrás de fallos de implantación y abortos recurrentes.
¿Pueden los antioxidantes mejorar la fertilidad?
Sí. Los antioxidantes pueden proteger y mejorar la función reproductiva, tanto en hombres como en mujeres. Además, mejoran la eficacia de los tratamientos de fertilidad como la FIV o la inseminación artificial. Y aunque muchos estudios se centran en técnicas de reproducción asistida, sus beneficios se pueden extrapolar perfectamente a la búsqueda natural.
Estos son los tres antioxidantes clave con mayor respaldo científico:
1. NAD+ / NMN – El renovador celular
El NAD+ (Nicotinamida Adenina Dinucleótido) es una coenzima esencial para la producción de energía, la reparación del ADN y la activación de genes de longevidad como las sirtuinas. A medida que envejecemos, los niveles de NAD+ disminuyen, afectando negativamente a la fertilidad.
Su precursor, el NMN (Nicotinamida Mononucleótido), ha demostrado en estudios en animales rejuvenecer ovocitos envejecidos, restaurar la reserva ovárica y mejorar la fecundación.
Ventajas:
- Mejora la calidad ovocitaria y espermática.
- Apoya la longevidad celular.
- Ideal para mujeres mayores de 35 años.
Desventajas:
- Evidencia aún limitada en humanos.
- Coste más elevado que otros antioxidantes.
Dosis orientativa: 250–500 mg/día de NMN durante 8–12 semanas antes del intento de concepción o tratamiento de fertilidad.
2. CoQ10 – El protector mitocondrial por excelencia
La coenzima Q10, en sus formas ubiquinona y ubiquinol, mejora directamente la eficiencia energética de las mitocondrias. En mujeres, favorece la maduración ovocitaria y la calidad embrionaria. En hombres, mejora concentración, movilidad y morfología del esperma.
Ventajas:
- Muy estudiado y eficaz.
- Mejora clara de la calidad celular.
- Útil en ambos sexos.
Desventajas:
- Requiere semanas de uso continuado.
- Las dosis terapéuticas pueden ser elevadas.
Dosis orientativa: 200–600 mg/día durante al menos 3 meses.
3. Melatonina – La protectora nocturna
Además de regular el sueño, la melatonina es un potente antioxidante que protege directamente el ADN de ovocitos y espermatozoides. Está presente en niveles elevados en el líquido folicular, donde cumple funciones antioxidantes cruciales.
Ventajas:
- Muy bien tolerada.
- Compatible con la fase lútea y embarazo.
- Apoya el ritmo circadiano y el descanso profundo.
Desventajas:
- Puede causar somnolencia o sueños intensos.
- Las dosis altas deben ser supervisadas.
Dosis orientativa: 3 mg una hora antes de dormir.
¿Se pueden combinar estos antioxidantes?
Sí. Lejos de competir entre sí, estos antioxidantes actúan de forma complementaria:
- NMN impulsa la reparación celular y la función de sirtuinas.
- CoQ10 optimiza la producción energética de las mitocondrias.
- Melatonina protege el material genético y mejora la calidad del sueño.
La combinación adecuada debe hacerse siempre bajo supervisión de un profesional de la nutrición especializado en fertilidad. No todas las personas necesitan lo mismo, y lo ideal es personalizar la pauta según tu edad, historial, analíticas y contexto.
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