El yodo es un oligoelemento imprescindible para la salud en todas las etapas de la vida. Se trata de un mineral esencial en numerosas reacciones metabólicas, especialmente en aquellas que permiten transformar los alimentos en energía. Durante el embarazo, la necesidad de yodo se multiplica, ya que el organismo materno debe producir más hormonas y sostener tanto su propio metabolismo como el desarrollo del bebé.

En este artículo encontrarás todo lo que necesitas saber sobre la importancia del yodo en el embarazo, las consecuencias de su déficit y cómo incorporarlo de manera segura en tu dieta.

¿Para qué sirve el yodo en el embarazo?

El yodo es fundamental porque participa en la formación de las hormonas tiroideas (T3 y T4), producidas en la glándula tiroides. Estas hormonas cumplen funciones vitales como:

  • Regular el crecimiento y desarrollo celular.
  • Favorecer la maduración del sistema nervioso central.
  • Intervenir en el metabolismo energético y el equilibrio hormonal.

Durante el embarazo, el papel del yodo es aún más importante. En el primer trimestre, el bebé todavía no tiene su propia glándula tiroides desarrollada, por lo que depende al 100 % de las hormonas tiroideas de la madre.

A partir del tercer mes, el feto comienza a producir sus propias hormonas, pero sigue necesitando que la madre le aporte suficiente yodo para poder sintetizarlas. Por eso, la carencia de este mineral puede tener consecuencias graves en el desarrollo neurológico del bebé.

Riesgos de la deficiencia de yodo en el embarazo

Un déficit de yodo en el embarazo puede provocar:

  • Problemas en la formación del sistema nervioso fetal.
  • Retraso mental y alteraciones neurocognitivas.
  • Mayor riesgo de abortos espontáneos y muertes fetales.
  • Bocio y problemas tiroideos posteriores en la infancia.

Estos riesgos ponen de manifiesto la importancia de mantener niveles adecuados de yodo no solo durante la gestación, sino también en la lactancia, ya que el bebé sigue dependiendo en gran medida del aporte materno.

¿Cuánto yodo necesita una mujer embarazada?

La cantidad de yodo diaria recomendada varía según la edad y la situación fisiológica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las embarazadas consuman entre 200 y 300 microgramos de yodo al día.

El problema es que la dieta habitual no suele cubrir estas necesidades. Por ello, los especialistas recomiendan que la mujer comience a tomar suplementos de yodo antes del embarazo o lo más pronto posible tras la concepción. También es aconsejable mantener la suplementación durante el periodo de lactancia.

Eso sí: no se deben tomar suplementos de yodo sin supervisión médica, ya que tanto el déficit como el exceso pueden ser perjudiciales.

Alimentos ricos en yodo

La forma más común de obtener yodo en la dieta es a través de la sal yodada, aunque conviene revisar las etiquetas, ya que sales como la marina o la del Himalaya no suelen estar enriquecidas.

Otros alimentos ricos en yodo que puedes incluir en tu alimentación son:

  • Mariscos.
  • Algas (con moderación, ya que algunas contienen cantidades muy altas de yodo).
  • Pescados como bacalao, lubina o perca.
  • Lácteos (en función de la dieta).
  • Huevos.

Yodo y embarazo: el papel de la nutrición personalizada

Cada embarazo es único, y lo que funciona para una mujer puede no ser lo mejor para otra. Por eso, contar con un plan nutricional adaptado a tus necesidades y situación de salud es clave para cubrir adecuadamente tus requerimientos de yodo y de otros micronutrientes esenciales.

La nutrición clínica en embarazo no solo previene déficits nutricionales, sino que también protege tu salud y la de tu bebé a corto y largo plazo.

¿Quieres asegurarte de que tu alimentación cubre tus necesidades de yodo?

Si estás embarazada, en periodo de lactancia o planeando buscar un bebé, este es el mejor momento para cuidar tu salud y preparar tu cuerpo.

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